El II Foro Feminista Rural "Rocío Eslava" se celebró en Benalauría el 21 y 22 de octubre de 2011como un espacio abierto de encuentro y debate sobre las aportaciones del pensamiento feminista en el mundo rural.
Bajo el título "Mujeres Rurales y Ecofeminismo", el foro abordó el papel de la mujer en el mundo rural y los saberes que ha desarrollado, muy importantes en la sostenibilidad social, ambiental y económica.
Así, durante la jornada del viernes se proyectó la película "Echando Raíces, la visión de Wangari Maathai" y tras ella, un posterior debate con Yayo Herrera, coordinadora de Ecologistas en Acción.
La jornada del sábado comenzó con una ponencia marco "Tejer la vida en verde y violeta" de Yayo Herrera, a la que siguió una mesa de experiencias en la que pudimos conocer a Tránsito Habas, olivarera ecológica del Valle de los Pedroches (Córdoba) y la campaña "Mujeres sembrando luchas" del Grupo de Soberanía Alimentaria y Género (Sevilla). Asimismo, se desarrollaron una serie de talleres simultáneos y la compañía Clown Rurales representó la obra teatral "Una porción Fantabulosa".
Tras la buena experiencia del I Foro, celebrado en Benarrabá en junio del año pasado, nos animamos a darle continuidad y a intentar que se consolide como un espacio abierto de encuentro y de debate sobre temas que nos interesan y que nos preocupan como mujeres y hombres que vivimos en el medio rural, basándonos en las aportaciones del pensamiento feminista.
¿Por qué “Mujeres Rurales y Ecofeminismo”?
Desde hace ya décadas venimos asistiendo a la degradación ambiental de nuestro entorno y a la despoblación de nuestros pueblos. Para dar la vuelta a esta situación y favorecer un mundo rural vivo y, en general, una sociedad más sostenible, desde el Feminario entendemos que es clave visibilizar y poner en valor el papel que la mujer ha desempeñado históricamente y los saberes que ha desarrollado, imprescindibles para el mantenimiento de la vida, hasta ahora invisibilizados e infravalorados socialmente. “Para el Feminario es una prioridad la sostenibilidad de la vida en armonía con nuestro entorno. Por ello las mujeres han de ocupar el lugar que les corresponde en el mundo rural” (Eslava, R. 2008).
Situar el mantenimiento de la vida y la sostenibilidad ecológica y social en el centro de nuestros debates supone establecer un punto de encuentro entre el ecologismo y el feminismo, motivo por el cual hemos optado por centrar este año el Foro Feminista Rural en el Ecofeminismo Tejer la vida en verde y violeta. Vínculos entre ecologismo y feminismo”[1].
El pensamiento occidental subordina a las mujeres y a la naturaleza.
El pensamiento occidental, desde la Modernidad, se ha desarrollado en base a un modelo de ciencia, reduccionista, que ha conducido a vivir de espaldas a la naturaleza. Dicho pensamiento, en teoría “objetivo y neutral”, divide la realidad en pares opuestos (mente/cuerpo; pensamiento científico/saber tradicional; cultura/naturaleza; masculino/femenino), estableciendo entre ellos una relación jerárquica en la que la naturaleza y lo femenino quedan en una posición de subordinación. Esta subordinación, legitimada por la ciencia, se ve enaltecida en el ámbito económico.
Con la consolidación del capitalismo, todo lo que no tiene una traducción monetaria no se contabiliza: el trabajo reproductivo, la paz, los cuidados, los ciclos de la naturaleza… Según el capitalismo, el “verdadero trabajo” sería el asalariado realizado por los hombres, desvalorizando e invisibilizando el trabajo realizado por las mujeres y por la naturaleza, trabajos que, aunque no tengan valor monetario, son imprescindibles para la vida.
Consecuencias de la invisibilidad: crisis ambiental y crisis de los cuidados
Actualmente vivimos las consecuencias de esa invisibilidad, que ha conducido a los dos mayores problemas que afrontan los seres humanos: la Crisis Ambiental (guerras por el petróleo, ciclo del agua roto, cambio climático…) y la Crisis de los Cuidados(incorporación de las mujeres occidentales al mercado productivo sin que se haya producido al mismo tiempo un reparto del trabajo necesario para la vida, empleo precario para las mujeres más desfavorecidas -inmigrantes...-).
Ante esta situación, se hace necesario “cambiar las gafas con las que vemos el mundo… para cambiar las manos con las que lo hacemos”, superar el dualismo que divide la realidad por un nuevo pensamiento integrador que tenga en cuenta las propuestas que emanan de las sinergias entre el ecologismo y el feminismo. Para dicho cambio, habría que incorporar los valores asociados con “lo femenino”, en el sentido de que los principios que conllevan el trabajo que han realizado históricamente las mujeres (orientado a la satisfacción de necesidades, anteponiendo los intereses colectivos, capacidad de trabajo en red, cercanía…) son los que necesitamos para la sostenibilidad ambiental y social. Tenemos que aprender, pues, de la naturaleza y de lo que aporta el movimiento feminista.
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[1] Estas ideas, que el Feminario de la URPF-Serranía de Ronda suscribe plenamente, se recogen en el Cuaderno nº13 de Ecologistas en Acción con este mismo título. Se puede leer íntegramente en: http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_13_ecologismo_y_feminismo.pdf